Parece que desde que he comprado la Vogue el pasado miércoles, todo mi mundo se ha empeñado en girar en torno a ella. Mientras esta mañana estudiaba la Narrativa de Posguerra, tirada en la cama con la cabeza en los pies de la misma, me he dado cuenta de que justo delante de mí estaba pegada, en el armario, una de las fotos del reportaje fotográfico a Claudia Shiffer, sacado de mi primera Vogue. Es curioso... Del mismo modo, eso me ha llevado a recordar que fue tanto el impacto que causó en mí aquella nebulosa de glammour, lujo y belleza, que me dedicaba a hacer experimentos extraños con recortes y objetos raros... No sé cómo describirlo, pero dicen que una imagen vale más que mil palabras.
(Probablemente dos de las fotos que más me han gustado y más me han llamado la atención de todas las que he visto en la revista. 'La actriz y el skater', una sesión de fotos con Gwyneth Paltrow y un skater haciendo 'ollies' en la Suite Imperial del Hotel Ritz de París. Las dos fotos las he recortado y las he puesto encima de una foto de Claudia Shiffer, para que ejerciera de fondo. Me encanta!)
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